lunes, 23 de marzo de 2015

Los beneficios de la meditación sobre la salud del cerebro

La meditación es una práctica milenaria que, de manera tradicional, se ha asociado a una sensación de relajación física y tranquilidad. Durante mucho tiempo, sus efectos beneficiosos se consideraron relacionados con aspectos místicos. Sin embargo, la investigación científica empieza a mostrar de forma más profunda los beneficios cognitivos y psicológicos que la meditación provoca en el cerebro.

Un nuevo estudio realizado por científicos de la universidad de Yale, en EE.UU., muestra cómo esta práctica es capaz de modificar el uso de determinadas áreas del cerebro. Mediante imágenes obtenidas por resonancia magnética, se detectó una disminución de la actividad cerebral en la llamada Red Neural por Defecto (DMN) de los cerebros de los expertos en meditación que participaron en el estudio.


Modelar el cerebro con meditación

La Red Neural por Defecto es un área cuya función principal es controlar las acciones del ser humano cuando el resto del cerebro está distraído, sin concentrarse en nada concreto. Se calcula que cerca del 50% del tiempo que se está despierto, en realidad, el cerebro está en este estado de "distracción" y es en estos momentos cuando la DMN está más activa. Sería el equivalente a un piloto automático. Alteraciones patológicas en la DMN están asociadas con el déficit de atención, la ansiedad y la hiperactividad.

El estudio se realizó gracias a la participación de expertos en meditación y meditadores principiantes. Esto permitió revelar que los partícipes más versados, además de disminuir la actividad de la DMN, conseguían activar otras áreas del cerebro, en comparación con los meditadores novatos. Estas regiones están asociadas con el automonitoreo y el control cognitivo y, en sus formas patológicas, con enfermedades como el autismo y la esquizofrenia.

Lo más curioso es que la activación de estas nuevas áreas se observó tanto en los periodos de meditación como en los descansos. Todo parece indicar que su práctica habitual permitiría desarrollar una nueva red neuronal donde hay una mayor conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación. Uno de los claros efectos de la meditación es, sin duda, el de promover la capacidad de concentración, en especial, la técnica conocida como "mindfulness", que consiste en tomar una actitud de atención y conciencia plena, de presencia atenta y reflexiva.

La práctica de este tipo de meditación se ha mostrado útil en la reducción del estrés y en la mejora de capacidades cognitivas. Así lo demuestra un estudio efectuado por un equipo de psicólogos estadounidenses en el que participaron 60 estudiantes. Tras solo cuatro días de práctica, se evidenciaron mejoras significativas en sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas.

Meditación y neurociencias

'El monje en el laboratorio'. Este fue el título de un artículo publicado en The New York Times, firmado por Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama. En él citaba los resultados de una peculiar colaboración entre budismo y neurociencias. Ya se habían realizado estudios científicos sobre la meditación, aunque no se habían constatado de forma definitiva sus efectos sobre el cerebro. En este estudio, se revelaron algunos mecanismos que explicarían los beneficios de esta técnica milenaria.

En 1992, el Dalai Lama invitó a su casa en Dharamsala (India) a Richard Davidson, psicólogo director del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), movido por el interés que habían despertado sus investigaciones. Tras este primer encuentro, se desarrollaron una serie de investigaciones en las que participaron psicólogos, neurocientíficos y un grupo de monjes tibetanos. En el estudio participaron ocho monjes con una bagaje de hasta 50.000 horas de meditación practicadas durante un tiempo que oscilaba entre 15 y 40 años. El grupo control estaba constituido por 10 estudiantes sin experiencia en esta práctica, que se entrenaron durante una semana.

A todos ellos se les monitorizó para registrar la actividad cerebral mientras estaban en meditación. Los registros de los monjes fueron impresionantes: destacaban unas ondas gamma de gran amplitud, posiblemente debidas a la sincronización de la actividad de distintos grupos neuronales durante la meditación. Este tipo de actividad cerebral se relaciona con la capacidad de atención y el aprendizaje. La amplitud de las ondas gamma recogidas en algunos de los monjes son las mayores de la historia registradas en un contexto no patológico.

Una de las intenciones del estudio era investigar los efectos de la meditación sobre las emociones, en concreto, sobre su capacidad de potenciar las positivas. A través de esta técnica, los budistas promueven la compasión y la bondad. Se la denomina "meditación en la compasión". Gracias a los registros cerebrales se ha dilucidado la base de estas emociones: se constató que los monjes con experiencia en esta práctica muestran una gran actividad en una zona determinada del cerebro, en la corteza prefrontal izquierda, área asociada con la alegría y la felicidad.

Según Richard Davidson, las emociones positivas pueden deberse a que la meditación trascendental fortalece los circuitos neurológicos que calman una parte del cerebro que actúa como gatillo del miedo y de la ira. La investigación citada constató que los beneficios de estas prácticas no solo los obtienen los monjes que meditan durante largo tiempo sino que, tras un entrenamiento de varias semanas, también había cambios incipientes en individuos que ejercían profesiones estresantes.
El Dalai Lama finalizaba con la observación de que "en nuestras vidas, buena parte del padecimiento no viene dado por causas externas, sino por acontecimientos como las emociones perturbadoras. El mejor antídoto contra estas alteraciones es aumentar nuestra capacidad para manejar esas emociones".

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/salud/investigacion_medica/2011/12/30/205683.php

  • Por TERESA ROMANILLOS/ 
  • 30 de diciembre de 2011

    domingo, 22 de marzo de 2015

    Jardín Zen- Meditar y contemplar la belleza de lo simple

    Los jardines zen se crearon en Japón hace trece siglos. Éstos eran lugares creados para meditar en la naturaleza. Los diferentes elementos que forman parte de estos jardines representan el universo. En la filosofía zen la verdad llega por la contemplación de la belleza. Los jardines zen están creados para ser admirados.


    Los Elementos

    Tierra – Arena
    Representa la plataforma sobre la cual existimos, se considera como un elemento que absorbe, recicla y transmuta la energía a través de su magnetismo. La presencia de este elemento nos ayuda a neutralizar las frecuencias nocivas, todos los pensamientos, emociones, actitudes, o energía negativa se transmutan, creando un ambiente de tranquilidad y serenidad.

    Rocas – Piedras
    Las piedras representan los obstáculos y tropiezos que enfrentamos a lo largo de nuestra existencia. Sin importar que tan grandes o pequeños sean, siempre nos van dejando una enseñanza. Nada pasa por casualidad, todo tiene un motivo de causa y efecto. Las rocas simbolizan las experiencias y los peldaños que avanzamos en nuestra vida.

    Cristales de Cuarzo
    Los cuarzos son seres vivientes de la tierra, que por su cualidad especial permiten recibir, almacenar y transmitir energía positiva. En el Jardín Zen, los cristales actúan como generadores permanentes de energía, ayudando a crear una sensación de armonía y equilibrio en los espacios.
    La transparencia del cristal revela la luz del entendimiento, ya que al ser transparente muestra la sencillez, la humildad y la modestia.

    Conchas o Caracoles.
    Representan el contacto con el mar. Nuestra mente al observarlos recuerda la tranquilidad y la paz que se percibe al estar cerca de los océanos. Ésta es la serenidad que buscamos, interna y externa.

    Velas
    Las velas nos iluminan el camino a seguir. Concentrándose en la luz de la llama encendida, observando los surcos que son nuestros propios caminos, podemos recibir la claridad que viene de la calma y la meditación.



    Cómo utilizar un jardín zen

    Si tienes un jardín zen en miniatura y no sabes utilizarlo aquí tienes instrucciones:

    La belleza del un jardín zen es invisible y se muestra al observar en silencio, en paz, meditando en nuestro interior, observando la relación entre los elementos, las figuras que se van formando.
    Es como la vida constantemente llena de cambios, altos y bajos, obstáculos, luz y oscuridad.

    Utilízalo para dar descanso a tu mente, concentrándola en un solo punto. Calma tu ansiedad y los miedos, igual que puedes modificar su forma, moviendo las rocas, alisando la arena, volviendo a surcarla con surcos que representan nuevas oportunidades en nuestra vida.

    El secreto del jardín zen está en la contemplación y en observar con atención los detalles de lo que nos rodea.


    Fuentes:
    http://todo-yoga.blogspot.com/2009/01/jardn-zen.html
    http://www.hogarid.com/blog/significado-de-jardin-zen/
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